Viaje a Nápoles con la "Eseg". Parte 3/4. NÁPOLES

Si los Martes es Corto Maltese... los Miércoles es Kinki!!. Discoteca que podemos encontrar justo al lado de Due Torri, enfrente de Café Zamboni. Kinki es una discoteca donde podemos escuchar y bailar la música dance y comercial más moderna.

 

  

Hace un par de noches descubrí un sitio llamado Café Paris, en Via Giuseppe Petroni (Piazza Verdi), en el que hay infinidad de chupitos a 1 euro. Desde un Mexico (tequila y tabasco), pasando por un Sasa (Vodka, fresa y limón) o un Rum Pera muy conocido aquí. En la pared tienes un cartel con toooodos los chupitos que hay, y lo que lleva cada uno.

 

 

El Jueves 4 fue fiesta en Bolonia. Era el día de su Patrón: San Petronio. El centro neurálgico de la ciudad es Piazza Magiore, y allí hay actividades, puestos de comida, teatro… durante todo el día. Nosotras fuimos por la noche, porque había una obra de teatro (El mago de Oz) y después fuegos artificiales con los palacios y la catedral de fondo.

Recomiendo un sitio de comida rápida que está muy cerca de esta plaza, se llama “Mangin^‘giro”, y preparan unos “paninos” redondos de un montón de clases. Hay una “oferta” de 6 euros en la que te ponen 4 paninos diferentes en una bandeja y te lo llevas para comer dando un paseo (de ahí el nombre del sitio). Nos fuimos con nuestra bandeja a Piazza Magiore, que esta llena de gente, y allí cenamos.

                                    

A las 23.00h empezaron los fuegos artificiales, los más bonitos que he visto, porque de fondo estaba el Palacio de Accursio y también ponían música tipo Vangelis.

Cuando terminaron los fuegos, fuimos un ratito a Verdi (para no perder la costumbre…) y de vuelta a casa.

Ayer vino el casero por fin!!!, increíble pero cierto que después de más de 15 días se haya dignado a venir por aquí. Descubrimos que en el sótano habían dos bicicletas y le preguntamos que de quien eran. Al igual que con muchas otras cosas, el casero no tenía ni idea de quien era el dueño de esas bicis. Así que le dijimos que ahora nos íbamos a convertir nosotras en las dueñas, y no puso ningún problema. Sólo nos falta ponerle ruedas nuevas y comprar una cadena (imprescindible en Bolonia llevar cadena en la bici, mejor 2… pero probaremos con una a ver cuanto dura). Así que, por fin tengo bici!!!.

Ya hemos hecho en casa nuestra primera comida elaborada!, atención a este asado de pollo!… no digo nada, pero lo hicimos hace un par de dias, subí la foto a facebook, y aun hay erasmus que nos dicen: “vaya comida que hicisteis el otro dia!!”.

 

Hoy es Viernes y ponen un mercadillo gigante en Piazza VIII Agosto y Parco de la Montagnola, así que hemos ido a dar una vuelta y a ver si encontrábamos algo. ¿Y qué hemos comprado?, algo imprescindible si vives en Bolonia y tienes bici: un candado!

Esta noche no nos apetece salir (estamos vagueando) y nos hemos montado un cine casa. Tanto que cuando esta tarde lo estábamos decidiendo, hemos pensado que podíamos hacer palomitas, pero no teníamos, así que hemos salido corriendo (literalmente) y un "paki" nos ha salvado la vida porque tenía palomitas sin hacer.

Volviendo a Nápoles...

El tercer día lo dedicamos a ver la ciudad de Nápoles. La "pateamos" de punta a punta, pero así es como mejor se conocen los sitios... A primera hora de la mañana fuimos dando un paseo por todo el puerto (donde vimos a mucha gente bañándose y tomando el sol) hasta llegar al castillo-fortaleza que hay en un acantilado. Subimos a él, y desde arriba se puede ver el Vesuvio perfectamente y Nápoles al fondo. Justo antes de llegar al castillo, en el puerto, hay una zona donde los pescadores venden el pescado recién sacado del mar, tanto que se lo dan al cliente moviéndose en una bolsita. Es un poco "fuerte" llevarte así al pobre pescado, pero sabes que es fresco 100%.

 

 

 A medio día (pero justo medio día eh!, las 12.00h) nos fuimos a buscar un sitio para comer, y lo hicimos en una pizzeria típica. Hay una que se llama “pizza frita”. Es como un calzone, pero la masa va toda frita, y dentro lleva jamon y queso. Esta ríquisima! Y no te hace falta comer nada más hasta dentro de unas horas… Yo ya la había probado en Capri, así que me comí una “carbonara” (no recuerdo como le dicen aquí) y una cosa típica napolitana que es una croqueta gigante que dentro lleva arroz con tomate, carne picada y guisantes.

                                        

                                        

Después de comer visitamos Nápoles: la catedral, las galerías (recuerdan a las Galerías Vittorio Emanuele de Milán), el Castillo desde donde se ve tooooda Nápoles (se puede subir en funicular) y paseamos por las calles del centro.

 Por la noche, la Eseg nos montó la segunda fiesta en el sótano del albergue y nos hicieron una sangría de no se cuántos litros!.